Blogia
Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Summer Time

Crisis.

Crisis. Llevo bastante tiempo sin escribir nada nuevo y lo peor es que ni siquiera tengo ganas de sentarme delante del papel y poner siquiera mi nombre. No sé qué coño me pasa. El verano había empezado bien, incluso todo iba de puta madre a mediados de agosto. Ahora todo eso se ha ido a la mierda. Estoy en la cuerda floja a punto de caer a la corriente del río. El salmón que llevo dentro está mutando. Se está convirtiendo en una puta y vulgar sardina enlatada. Todas las sardinas son iguales. Da igual la marca o si son en aceite de oliva o escabechadas. A todas les gusta ver Gran Hermano sentadas en el sofá, todas van a Las Ventas a ver a Bisbal, hacen cola en las discotecas y compran discos sin alma. Ninguna intenta ver el camino alternativo o ignoran que existe. Hay dos clases de peces en el mundo: sardinas y salmones. ¿Tú cuál eres?.

Patadas en el aire.

Patadas en el aire. Este artículo no va a tratar sobre películas de Bruce Lee ni sobre peleas callejeras de borrachos. Va de fútbol y de rock. Lo primero que he hecho hoy nada más llegar a Madrid ha sido irme a echar un partido de fútbol. Los excesos me han pasado factura. Es mejor no pedir la cuenta. Cinco tipos nos han metido una paliza de aúpa, pero yo he metido tres goles. Fin de mi vida futbolística. Me retiro en la cumbre. No más patadas al cuero, no más carreras por la banda.
En el aire sigue la despedida de soltero del sábado. Íbamos (o vamos, todavía no es seguro) a tocar para unos treinta pericos en un chalet. Entre ayer y hoy, se ha cancelado y se ha vuelto a tomar el proyecto unas seis veces. Me parece que si tocamos va a ser en donde van a dar todos los pedos que nos tiramos. Tenemos que ensayar todavía como si fuéramos principiantes. No tengo muy buenos aires en esta ocasión. Ya se verá.
Estoy molido, así que me piro a la cama. Otro día os contaré cosas más interesantes, pero no se las contéis a nadie más. Os dejo con uno que os mandaría al infierno de una patada en los huevos. Yo sólo os mando a donde nunca da el sol, porque sé que a dónde vayáis vosotros, voy a ir yo encantado.

Nosotros los dinosaurios (Charles Bukowski)

Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.
Nacimos así
en medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños a
las armas y a las navajas.
Nacimos en esto
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.
Nacimos en esto
caminamos y vivimos
através de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados
por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto,
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.
Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno endeudado
hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.
Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá
un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noche
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.
El mar estará contaminado
los lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán, asediados
por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán
destruyendo por el desgaste y la
escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.
Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.

(La traducción es machupina y paso de corregirla).

Escapadas.

Escapadas. Eso es lo que está pareciendo mi verano, una serie de escapadas de fin de semana. Esta semana iba a haber tenido casi diez días de vacaciones, pero el miércoles tuve que volver a Madrid para trabajar. Siento no haberos avisado a ninguno, pero prefería estar solo. Ahora voy a coger otra vez el autobús de vuelta a la sierra y espero no moverme de allí hasta el martes.
He aprovechado para cortarme el pelo. Ya no tengo greñas. Para bien o para mal, sigo siendo el mismo, como la peluquería a la que voy aunque haya cambiado de dueños. Antes la llevaban dos personas mayores que se han jubilado este verano mismo. Ahora está al mando del barco un tío que como mucho tiene cuatro años más que yo. Es un tronco simpático. Hemos estado hablando mientras él trabajaba y yo sopesaba la posibilidad de levantarme y salir corriendo para salvar los pocos mechones largos que me quedaban. Antes había estado trabajando en una peluquería de Sol donde le cortaba el pelo a gente como Pérez-Reverte y otros culturetas que se pasan el día en la zona bohemia de Madrid. Me gusta que este sitio no haya perdido ese toque antiguo que tienen determinados comercios. Nunca lo he hecho, pero cortarme el pelo en una peluquería unisexual no sería de mi agrado. Seguro que el peluquero/a empezaría a preguntarme que cómo quiero cortarme el pelo, intentaría venderme peinados de la otra acera o trataría de convencerme de que me tiñera el pelo de algún color raro para tener más éxito con las chicas. No lo necesito, gracias. El caso es que en mi peluquería sigue sonando Cadena Dial, las tijeras siguen siendo pareciendo viejas y me siguen afeitando las patillas con una cuchilla de barbero que da tirones y te saca los pelos de raíz.
En estos últimos días he estado escuchando un disco de Whiskeytown que me he bajado de internet, la discografía entera de los Sex Pistols y Disintegration, de The Cure. No leáis a Sartre ni a Baudelaire. Tampoco lo intentéis con El viejo y el mar de Hemingway (otros sí). Raymond Chandler es un poco pesado, pero merece la pena. ¿Sabéis lo que os digo? Leed lo que os salga de la polla o del coño. Emborracharos. Fumad. Follad (o masturbaros). Divertiros. Escuchad música a todo trapo. Viajad. No me hagáis caso.

Vuelta al blog.

Vuelta al blog. Ya véis, últimamente no paso mucho tiempo delante del ordenador y no escribo nada aquí. Tranquilos, sólo he estado unos días pensando y descansando. El alcohol me ha ayudado mucho a la hora de descansar. Llevo un par de fines de semana que no paro de ingerir whisky, cerveza y vino. Se me han grabado las palabras del Sego: "estamos en la edad de hacer lo que hacemos". Pues hagámoslo. Bebamos hasta caer y estemos hasta las ocho de la mañana cantando y enseñándole el culo a todo el mundo. Ya que durante la semana estoy trabajando, dejad que disfrute del verano al menos los fines de semana.
El otro día estuve con Andrés, Berta y Mariano viendo El rey Arturo. Es gaseosa. Penosa. Ni siquiera merece la pena ver a la actriz (Keira Knightley o algo así). La chica es de Castellón de la Plana, se dejó las tetas en casa. También he visto Kill Bill otra vez, con Andrés y Mariano. Creo que me gusta más que la segunda.
Seguro que os podría contar un montón de cosas más que me han pasado durante estas dos semanas, pero no me acuerdo de más. Sólo sé que cuando salgo de casa, ya sea para ir al Escorial o a las once en Iglesia, se me pasan todos los males. Ahora voy a salir. Ya empiezo a estar mejor. Voy a seguir colgando algún post por aquí. (Este post está dedicado a Dunadán).

Por Detroit.

Por Detroit. Sí, así me siento, como si me metieran por Detroit inyecciones de cafeína camufladas (porque sólo tomo cocacola con whisky) y que la mierda que cago no es capaz de eliminar. Detroit es mi ojete. Ya hago yo las presentaciones. También he leído en los blogs de Torpin y de Frankeinstein que están jodidos por no poder dormir. Hoy sólo quiero cagarme en el psicoanálisis, en el yo-emocional, en el yo-que vive dentro de mí, y en su puta madre en pepitoria, porque la mía no es. Sí. Es un buen momento. Suena Lullaby. Yo no me dejaría comer por la araña. Me pondría los guantes y jugaría a ser Rubin "Huracán" Carter contra ella. Venga, zorra. Intenta clavarme algo, que te voy a meter de hostias hasta en el carné de identidad. Tengo ganas de decir tacos, de reírme en la puta cara de alguien, de correrme una buena juerga y de mandarlo todo a tomar por culo a la vez. Joder. Hostia. Coño. Ya me voy sientiendo mejor.

He vuelto, para bien y para mal.

He vuelto, para bien y para mal. Sí, ya estoy aquí otra vez. Siento no haberos contado nada aquí en casi dos semanas, pero he estado ocupado trabajando y haciendo otras cosillas. Entre semana sigo currando en el bar a una media de seis horas al día y los fines de semana me escapo a El Escorial, como los dos últimos, que han sido de órdago. La semana pasada hubo fiesta en San Lorenzo y en Villalba. Vi Kill Bill 2 y me gustó bastante. La gente me pregunta que cuál de las dos me ha gustado más, pero yo no sé qué decirles. Hay que ver las dos y decidir. Las fiestas de Villalba estuvieron bastante bien.
Este fin de semana pasado también volví a la Ilustre. Eran las fiestas y no decepcionaron. El viernes hubo cena orgiástica en La Reja y fiesta hasta las seis de la mañana. El sábado algo de resaca, pero no había tiempo porque el Mezclas y Fili celebraban su cumpleaños y había que estar listo para el whisky.
Todos estos excesos me están pasando factura y ahora estoy malo de la garganta y el estómago. Por eso hoy sólo he trabajado un rato en el bar. Creo que voy a desfallecer encima del teclado. Ahora tengo tiempo para hacer otras cosas. Me estoy leyendo Suave es la noche, de Scott Fitzgerald y no voy a tardar en colgar una reseña aquí, que me está encantando.
Durante estas dos semanas sin escribir nada por aquí he hecho un montón de cosas más con mucha gente, pero no me apetece contároslas todas. Lo único que sé es que me han dejado libros para leer y El gran Lebowski, una de mis películas preferidas. Es divertidísima. Siempre he querido ser como el Nota, tío.
Bueno, señores, es el momento de partir. Voy a cenar algo y a sentarme en el sofá a hacer la marmota. A ver si escribo más a menudo a partir de ahora. Vayan con Dios.

Hoy es sólo un día más.

Hoy es sólo un día más. Pues sí, hoy es sólo un día más. Por la mañana alquilé Kill Bill, la he puesto después de comer y me he quedado dormido viéndola. La hora "S" (S de siesta) no me respeta nunca. Siempre sucumbo ante la modorra post-comida. Hoy me he quedado dormido en el sillón y ha habido un momento en que me he despertado con la boca abierta y el hilillo de babita siestera a puntito de precipitarse sobre mi camiseta.
Por la tarde he estado con mi hermano ordenando la habitación, tirando basura, poniendo libros en estanterías y esas cosas que uno tiene que hacer para poder entrar en su habitación.
Me ha tocado trabajar hoy, un par de horillas a a mediodía y por la noche otro ratillo. Ya os hablaré de un tipejo que me pone de los nervios. Hoy he soñado con que le metía la paliza de su vida. Qué liberación. Me he despertado con los dientes apretados, echando adrenalina a manguerazos por los poros de la piel. Pero sólo ha sido un sueño.
Buenas noticias: he encontrado el cable de la cámara digital, así que podré colgar alguna fotillo de los conciertos y de Santiago. Ya os iré dando más la brasa con esto.
Como todavía no las he descargado, hos dejo con la foto del director de mi colegio. Creo que es una de las pocas almas que se salvan de ese pozo de despropósitos (aunque tiene cierto parecido con David el gnomo). Un saludo a todos. Que descanséis en paz.

De vuelta

De vuelta Sí, ya estoy aquí otra vez. Y sí, otra vez con retraso vuelvo a escribir en el blog. Tengo que decir que los conciertos fueron geniales y que me lo pasé genial (espero que todos los que fuisteis también os lo pasarais igual o mejor que yo). Al principio íbamos Sergio, Miki y yo en el coche, pero allí nos juntamos con más gente: Cristóbal, Fernando, Patricia, Ángel y Bea (un saludo a todos y a ver si montamos otra como la del sábado por la noche).
En el viaje de ida fuimos escuchando música todo el rato. Fue una contrarreloj. Estuvimos parados en la autopista tres cuartos de hora porque hubo un accidente. Luego tuvimos que aminorar porque empezó a caer un tormentón de flipar. El caso es que nos perdimos a Muse, que nos dijeron que estuvieron cojonudos, y a Starsailor.

A cuarenta kilómetros de Santiago nos llamó Ángel para preguntarnos que dónde estábamos. Él creía que estábamos ya allí y Lou Reed, uno de los que más me interesaba ver, estaba a punto de empezar. Pisamos a tope y llegamos a ver al viejete de Nueva York. No fue nada del otro mundo. El sonido estaba muy mal ecualizado y el repertorio fue demasiado lento y apenas tocó canciones conocidas. Sólo al final tocó Sweet Jane y Perfect Day. Apenas se dirigió al público y no presentó a la banda. Llegó, tocó y se fue. Me quedé bastante decepcionado. Mensaje para Lou Reed: si vienes a sustituir a alguien, en este caso a David Bowie, haz un concierto digno. Todo el mundo echó de menos al inglés y canciones como Rebel, Rebel o Ziggy Stardust.

Sin embargo, no me fui de allí la primera noche con mal sabor de boca. Ni mucho menos. Salieron a tocar The Cure y desde la primera canción pusieron más en evidencia a Lou Reed e hicieron que la gente echase más de menos a Bowie. El concierto de los chicos de Robert Smith fue genial. Qué derroche de energía y de emoción. Las canciones sonaron impecablemente y el hombre de la cara pintada dio una lección de carisma. Todo un líder como pocos hay en el pop actual. Su voz sonaba clara como en los discos aunque estuvo ayudado por algunos efectos sonoros que no la hicieron más artificial, sino que aumentaban la fuerza transmisora de este personaje. Mezclaron temas de su último disco con sus grandes éxitos. Las mejores en mi humilde opinión: End of the world, Just like heaven, Lullaby y Friday I'm in love. Hasta tres veces salieron al escenario para hacer bises. Sin duda alguna, el mejor concierto de los que vi.

Volvimos a Santiago con la sonrisa en la boca y cantando las canciones de The Cure. Buscamos un sitio para cenar, pero no encontramos nada. Miki y yo tuvimos que dormir en una cama de matrimonio.

Al día siguiente, después de cambiar de pensión, salimos a "desayunar". Lo primero que pedimos fue una ración de calamares y una botella de vino. Luego una ración de pulpo y otra botella de vino. Fernando y Patricia nos llamaron y se vinieron con nosotros para comer unas navajas y otra botella de vino. Comimos en Casa Manolo (os lo recomiendo si vais a esa ciudad). Por seis euros nos pusimos hasta arriba. Otra botella de vino. Después nos sentamos en una terraza y nos tomamos un café. Sergio llamó a una amiga suya de la facultad que es de allí y estuvimos con ella y su novio tomándonos una caña después de darnos la hostia en la cabeza en la Catedral.

Llegaba la hora de ir otra vez al Auditorio del Monte del Gozo. Era el gran momento, llegaba Bob Dylan. Mientras entrábamos nos dio tiempo a escuchar la última canción de Amaral, los teloneros de Dylan. Mientras esperábamos a que saliera, tocó un tal Gary Jules. No tenía ni idea de quién era. Fue curioso porque parecía que estaba probando las guitarras de Dylan, pero de repente se presentó y se puso a cantar. Tocó acompañado de otro guitarrista. Las canciones sonaron muy limpias y directas, y la voz fue increíble. Me sorprendió muy gratamente.

Pero llegaba el momento que todos estábamos esperando. Bob Dylan salió vestido de cowboy acompañado de una banda de forajidos que dieron un recital de blues y rock como nunca había visto. Empezó con Maggie's Farm casi sin avisar. Tocaba el piano de pie y de lado, una postura muy extraña. Las canciones no se hicieron ni largas, ni lentas, ni pesadas. Algo curioso fue que salió al escenario sin repertorio. Después de una canción, iba al centro del escenario, hacía un corrillo con el grupo, les decía la canción que iban a tocar y seguían. Digno de un genio. La banda que lo acompañó fue increíble. De las canciones más conocidas, tocó Maggie's Farm, Highway 61 Revisited y un bis de tres canciones casi encadenadas: Mr. Tambourine Man, Like a Rolling Stone y All Along the Watchtower. Ninguna canción de todo el concierto sonó igual que en los discos.

Le llegó el turno a The Corrs. Con esto de la paridad del gobierno de Zapatero tenía que haber un grupo dominado por mujeres (aunque en Galicia sigue en régimen de Fraga). Es que no encuentro una explicación lógica a que The Corrs tocase en este festival salvo que lo hagan para exhibir a las tres hermanas irlandesas, que lucieron sus cuerpos serranos delante de todo el mundo. El padre hizo bien en montar una banda de pop con ellas y no un prostíbulo. Nosotros nos subimos a las gradas y lo vimos más tranquilamente. Sonó bien y el público, más numeroso que con Dylan, estuvo muy entregado.

El pescado estaba ya vendido. No nos quedamos a ver a Eccho & The Bunnymen. Sí, puede que sean buenos, pero no he escuchado una canción suya en la vida, estaba demasiado cansado y tenía ganas de agarrarme un buen pedo. Nos fuimos, hicimos una breve parada en el hostal y a cenar y beber. Estuvimos en un sitio genial. Bueno, en realidad no estuvimos dentro. Era un antro demasiado pequeño cuya temperatura interna superaba los 40º y la humedad no bajaba del 80%. La gente se salía a la calle con sus copas y sus tercios. La música estaba bastante bien y el ambiente empezó a mejorar a medida que llenábamos nuestras tripas de cerveza y otros complementos etílicos. Acabamos cantando por la calle como buenos borrachos, un segurata nos sorprendió meando al lado de uno de los escenarios que había en medio de la ciudad, hicimos una foto de nuestros culos al aire y no me acuerdo de mucho más. Acabé con tirado con Sergio en la Plaza del Obradoiro hablando. Para algunos el pedo acabó muy mal (Fernando, espero que ya estés mejor).

Al día siguiente (unas horas más tarde, quiero decir), cogimos el coche de vuelta hacia Madrid. Todo el rato escuchando música, salvo una parada para comer y dormir la siesta dentro del coche. Hubo retenciones, pero no tuvimos muchos problemas para volver. Hasta hicimos amigas en el atasco.

A modo de resumen. Me lo pasé como un enano. Era la primera vez que iba a un festival de música y fue increíble. Lou Reed, decepción. The Cure, los amos. Bob Dylan, inmenso. Comida, bebida y fiesta, a tutiplén. Me lo pasé muy bien con toda la gente con la que estuve. A Patricia y a Fernando ya los conocía un poco más, pero me cayeron muy bien Ángel y Bea. Cristóbal es un tío peculiar y muy majete. Con Sergio y Miki, mi hermano, ya había ido a más conciertos, pero nunca había hecho algo así. A ver si nos vemos todos otra vez en algún concierto. En fin, toda una experiencia que espero repetir algún día y varias veces a lo largo de mi vida. Si habéis leído hasta aquí es que sois los putos jefes.

No me mates, Gran Vía.

No me mates, Gran Vía. Odio salir a la calle en verano, y más concretamente, pisar la Gran Vía. He ido a las siete de la tarde. Qué agobio de calor y de gente. Iba con el sol de cara, con cuarenta grados en el cogote y toda la gente parecía venir en dirección contraria a la mía. Además, me he vuelto con las manos vacías, no he encontrado lo que buscaba. Por la noche trabajo. Al menos estuvieron Ana, David, Marina, Andrés y Petazeta y me pude echar unas risillas.
Jodiendas aparte, mañana es el gran día. Viaje a Santiago de Compostela y The Cure y Lou Reed. El resto no me entusiasma mucho, pero creo Muse es tremendo en directo. Pasado, pomada de la buena con el tío Bob. Ya os contaré qué tal los conciertos y os pondré fotos, si las hago.
Os dejo con La Mosca. Esta señora fue profesora mía. Era lo peor. Tenía voz de pito y era ñoña como una niña de guardería. Me dio clase en 6º de EGB. La muy zorra me mandó traer una escoba a clase para limpiar todas las bolitas de papel chupado que había disparado con mi boli bic al techo. Meses más tarde, en una excursión, cuando volvíamos, ocurrió un suceso que me traumatizó, pero del que me descojono ahora. Durante todo el viaje nos estuvo dando el coñazo con que nos estuviéramos sentados y que estuviéramos callados. En la única vez que se puso de pie, el autobús dio un frenazo acojonante y la pobre Mosca voló y se estrelló de espaldas contra la luna delantera del autobús. Se quedó empotrada en las escaleras y dejó agrietado el cristal. Se le partieron dos costillas. En aquel momento, todos nos acojonamos, pero ahora, cada vez que lo recuerdo, no puedo evitar reírme con el vuelo de la Mosca. Soy cruel, pero es que fue surrealista totalmente. Ya os contaré más historias sobre mi antiguo colegio. Un saludo y que descanséis.

Las pedo-aventuras del Doctor en la Ilustre

Las pedo-aventuras del Doctor en la Ilustre Ya estoy de vuelta después de abandonar esta página durante unos días. El sábado me escapé a El Escorial (la Ilustre Villa) después de comer. La casa nueva está bastante bien, aunque sigue siendo la casa típica vieja de pueblo. Llegué a las seis y media. Mi abuela tenía preparado café y me tomé uno con ella y mi abuelo. Fue una alegría volver a verlos, y a mís amigos también. Estuvimos jugando un ratillo a la Playstation y luego hicimos pedo-barbacoa. Me parece que trincamos bastante, pero nos lo pasamos genial. Dunadán y yo estuvimos tocando canciones de los Beatles y cantando como dos gatos borrachos. Luego seguimos tocando los clásicos-de-mamaos. Después, de fiesta hasta las 7 de la mañana. De acuerdo, soy un borrachín, pero sólo cuando salgo. En mi vida entre semana no suelo beber (aunque ahora esté dando buena cuenta de una cerveza). El domingo, después de una resaca de grado 8/10, seguimos jugando a la Play. Tengo que pillarme el Pro Evolution Soccer para que no me vuelvan a ganar. No suelo hablar de videojuegos aquí, pero tengo que confesar que tengo una Playstation 2 desde navidades, aunque no me vicio mucho. Me ha dado pena tener que volver esta mañana, pero la vida es así.
Terminé La peste, de Albert Camus. Ya tardáis en empezar a leerlo. Es increíble. Leed la reseña. También he estado escuchando a Wilco, un grupo de alt-country americano, pero me están costando. Les falta un poquito de "punch". Ahora estoy con Mientras agonizo, de William Faulkner y Transformer, de Lou Reed.
Señores, es el momento de dejar de escribir aquí. Muchas gracias por seguir atentos al blog. Nos vemos.

Apruebo todo, me aplaudo a mí mismo.

Apruebo todo, me aplaudo a mí mismo. Sí, señores, no me lo esperaba, pero a veces es mejor así. Creo que me están saliendo antenitas y me estoy volviendo viejo y de color verde, como el Dios de Namec. Las notas han sido un poco cutronas, pero al menos no tengo que estudiar en verano. Alguien podría decir que está de puta madre eso de aprobar todo, pero no creo que vaya a cambiar eso mi vida mucho. Esta tarde he tenido que trabajar otra vez (igual que ayer, igual que lunes, seguro que como mañana...). Necesito un día libre para salir y emborrachar en toda regla. No es justo. Quiero agarrarme un buen pedo como hacía antes.
Hoy tampoco creo que pueda dormir. Desde que empecé las vacaciones me estoy durmiendo a las cinco de la mañana todos los días. El lunes estuve jugando a la Playstation, ayer leyendo. Hoy no lo sé, ya veré. Bueno chicos, os dejo ya. Aprovecharé la mañana de mañana para dormir. Por cierto, hoy el tío Bob ha tocado en Barcelona. Ya queda menos para que vaya a Santiago de Compostela a verle.

Lazy Sunday afternoon.

Lazy Sunday afternoon. Como la canción de los Small Faces. Aquí estoy, a las cinco de la tarde delante del ordenador actualizando esto un poquillo. No escribí nada aquí ni el viernes ni ayer porque he estado trabajando en mi bar y luego he salido hasta tarde. El curro del bar me ha hecho parir una historia paranoica, pero no la voy a colgar aquí. El viernes estuve con Andriuz, Petazeta y los Urbano tomándonos unas copillas por ahí. Hacía tiempo que no veía a los hermanos Urbano. Son feos, dicen tacos, se meten mano entre ellos (a mí también), escuchan música no comercial pero siempre les veo rodeados de tías macizas. La vida tiene esos momentos paradójicos. Ayer estuve en el Herón City de Las Rozas. Andriuz nos llevó en coche. Fui con Petazeta a pedir un combinado alcohólico al único bar abierto y me quedé de piedra al ver a la camarera de lo buena que estaba. Volvimos a la mesa con el resto de gente y mi sorpresa aumentó cuando la camarera resultó ser una amiga de Andriuz. Nos saludó a todos (besos incluidos) y nos invitó a unos chupitos. A lo tonto, la bebida que me pedí estaba jodidamente cargada, pero se me bajó en cuanto nos subimos de vuelta al coche. Luego fuimos a Chueca a las fiestas del orgullo gay, pero no duramos mucho. Yo sólo buscaba a una hembra soltera heterosexual, pero fue imposible encontrarla. Llegué a casa a las cinco y cuarto, pero me dieron las seis y media escuchando música. Me dormí cuando empecé a ver luz por la ventana de mi cuarto.
No puedo irme de aquí sin hablaros de la bestia, la perra de mi vecina. Responde al nombre de Wendy. Es una perrilla del tamaño de un brazo hasta el codo. Un día de viento podría volar como Superman. Todavía estoy esperando a una tormenta de verano para colgarla de mi balcón con una capa roja. Fuera de toda broma, aunque en mi casa se vuelven gilipollas cuando nuestra vecina nos la deja para cuidarla, a mí me parece una perra entrañable. Os dejo con ella. Hasta mañana.

Apatía fantasmal y agua caliente de grifo

Apatía fantasmal y agua caliente de grifo Todo el día dentro de casa asándome como un pollo en el horno. Yo quería tener un verano excitante, lleno de viajes y de emociones, pero de momento paso más tiempo durmiendo que viviendo. Para todo eso se necesita dinero y yo ando peladísimo. Me ha dado tiempo a leerme Un tranvía llamado Deseo, de Tennessee Williams. Es una obra de teatro de 120 páginas. Me ha gustado bastante. Os la recomiendo, sobre todo si os habéis leído también Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena.
Esta tarde vino Anita a casa con mi hermana. Estuvimos los tres cenando luego y se ha ido. Creo que ha sido mi único contacto con el mundo exterior en el día de hoy. Ni siquiera había cervezas en el frigorífico. El agua del grifo está demasiado caliente. Creo que la palabra que me define ahora es apático. ¿Os pasa a todos o sólo a mí? Creo que necesito ese trabajo. Tengo que hacer algo aparte de desecarme en el sofá mientras juego a la Playstation.
Mañana intentaré traer algo más divertido a esta web. Tengo que echarle una mano a mi padre, así que seguro que traigo alguna anécdota cachonda de la gente que se sienta en la terraza. Buenas noches a todos.

El currículum y lo que se pasa por mi cabeza.

El currículum y lo que se pasa por mi cabeza. Sí, hoy he llevado el primer currículum de mi vida a una empresa, aunque si me cogen no será el primer trabajo que realice. Iba yo por la Castellana con el sol pegándose a mi espalda como un caracol gigante y el currículum me hablaba desde la carpeta: "¿De verdad quieres trabajar? Tírate a la bartola todo el verano, gilipollas. Podrías estar en tu casa tirado en el sofá viendo la gira asiática de pretemporada del Madrid y bebiendo cerveza como si el mundo entero no existiera". Pero no le he hecho caso. He llegado a las oficinas de Europa Press y allí lo he dejado. Subí en el ascensor hasta la tercera planta. Detrás del mostrador había un segurata y una secretaria hablando por teléfono: "Buenas tardas, ¿qué querías?", el segurata me recibe con una sonrisa. "Venía a dejar un currículum para trabajar aquí". "Pero, ¿tú eres redactor?", su cara cambió y me empezó a mirar pensando: "Pero tú, chaval, ¿cuántos años tienes?". "Soy estudiante de periodismo y venía a dejaros el currículum para ver si había algún trabajo disponible". La chica había estado escuchando mi diálogo con el guardia pese a estar hablando por teléfono. Su cara era la misma y su pensamiento, idéntico al del segurata: "¿no eres un poco pequeño para trabajar aquí?". Allí les he dejado yo mi sobre con mi foto y los faroles que me he tirado en esos dos folios. Me han despedido con el sempiterno "ya te llamaremos". No me han tratado nada mal, pero no han podido evitar su sorpresa ante mí por haberme mostrado tal como soy. Nada más volver a la calle, he sentido un deseo inmenso de currar en algún sitio. Es posible que este deseo sea sólo pasajero, pero me gustaría muchísimo. Ahora toca esperar.
He terminado el libro de Proust. No sé qué coger ahora, ya veré. Mis abuelos me dieron unos eurillos ayer y me he comprado Mientras agonizo, de William Faulkner. Ya os contaré qué tal está. Esta tarde estuve con Ana, Marina, David y Petazeta viendo Shrek 2. Está cachondona. Ha conseguido sacar a ese niño que llevo dentro y que nunca sale porque el mundo se le ha quedado demasiado grande.
Bueno señores, os dejo. Mañana más (o pasado mañana) (o nunca más).

A lo tonto

A lo tonto A lo tonto hacemos un montón de cosas sin proponérnoslas. Ayer tenía la celebración del cumpleaños de la Pichona. Todo iba a quedar en una merendola en un parque a la sombra de un árbol pero acabó como el Rosario de la Aurora. Resultado: borrachera. Ya van dos en cuatro días. Me lo pasé genial de todas formas. Esta tarde he estado viendo Harry Potter. No está del todo mal, pero sigue siendo una película sencilla. Tengo que decir que me ha gustado, aunque Alex me ha pillado dando la única cabezada que he dado en toda la película. Luego hemos estado cenando en el MacDonalds de Cuatro Caminos. Nos hemos despedido la mayoría de los de clase porque cada uno tira para su tierra. Nos veremos pronto. Mañana (bueno, son casi las doce de la noche ya) es San Pedro. Voy a irme a dormir, que tengo el cuerpo como un árbol podrido. Que descanséis.

Vacaciones: propósitos de un despropósito.

Vacaciones: propósitos de un despropósito. Inauguro una nueva sección en el blog en la que os contaré lo más interesante que me pase durante las vacaciones. Sé que nunca me pasan cosas interesantes en la vida, pero yo creo que las cosas van a cambiar. Cuando me vaya al Escorial, si consigo irme algún día, no podré escribir aquí a diario, pero siempre que pase por Madrid encenderé el ordenador y escribiré aquí el devenir de los días. Por supuesto, seguiré colgando relatos y reseñas de películas, libros y discos. Así que, comienza una nueva etapa en este blog (y en mi vida) que es el verano, que será el mejor de mi vida.
Voy a empezar haciendo una lista de propósitos que intentaré cumplir. Cortita, por supuesto, que si no luego se me juntan muchas cosas al final. Empecemos:
1.- Conocer a la mujer de mi vida: empezamos bien. Me parece que este está jodido. Bueno, tendré los ojos abiertos y los bolsillos llenos de fichas. Si escucha a Bob Dylan y le gusta Bukowski, mejor que mejor.
2.- Descubrir dos grupos nuevos: todos los veranos me engancho a algún grupo o cantante. El verano pasado fue Ryan Adams. A ver por dónde tiro estas vacaciones.
3.- Conseguir un trabajo y ganar algo de dinero: ya tengo el currículum hecho. Sólo tengo que echarlo y esperar que haya algún tío más cateto que yo para que me elijan antes que a él.
4.- Emborracharme al menos una vez por semana: es necesario. Si pueden ser más, mucho mejor.
5.- No sacarme el carnet de conducir: sólo por llevar la contraria a toda la gente que se lo quiere sacar en verano y luego no lo apueban hasta junio del año siguiente.
Ya está. No me quiero exigir mucho. Tampoco me voy a fustigar si no los cumplo todos (o ninguno). Me podéis echar una mano, sobre todo con lo de la mujer y lo de emborracharse.
Mi primer día de vacaciones ha estado marcado por la resaca y el sueño. La fiesta de anoche estuvo genial. Mucho alcohol y desfase. No estuve con ninguna mujer en actitud íntima ni transgredí la ley de forma penalizable con prisión. Por supuesto, hoy ha habido un desayuno farmacéutico para contrarrestar los efectos de la resaca. Luego ensayo con los Holy Days (bueno inicio de verano), caña en terracita y dormitar en casa. No he llegado a dormir, sólo he estado tirado en la cama escuchando el Freewheelin' de Bob Dylan. Acabo de llegar a casa. He estado con Petazeta, Torpin y Patch en un bar de Moncloa que se llama La niña del exorcista. El sitio está decorado a modo de pasaje del terror y también hacen mini-espectáculos. En medio de una canción, se ha parado la música y ha aparecido un tipo disfrazado del de la matanza de Texas y se ha puesto a dar gritos entre la gente con una motosierra (apagada, eso sí).
Este ha sido mi primer día de veraneo. Ojalá sean así todos, que me lo he pasado muy bien. Mañana más, queridos blogueros.