Repartiendo, que es gerundio
Gravesen es un jugador destructivo, lento y tosco, aunque él se empeñe en decir que puede ser la reencarnación sin pelo de Laudrup, y viene de jugar cuatro temporadas y media en el Everton inglés. Si a su imponente aspecto físico le añadimos que el tío es duro de pelar (dice que no toma ni aspirinas para el dolor de cabeza) y que no le da ningún reparo ponerle a un compañero de su selección los testículos en la cabeza (literal y con foto), tenemos al tipo perfecto para no jugar en nuestra Liga. Que yo sepa, todavía no se ha inventando al mediocentro español ‘marrullero’, imponente y con la dosis proporcional de mala leche. Sí es común en nuestra geografía el central parte-tibias (desde ‘Súper López’ a Javi Navarro, pasando por ‘el Doctor’ Alfaro), pero todavía no he visto a Albelda, Baraja, Orbaiz o Xabi Alonso imponer con su sola presencia. Sí, tienen mucha más calidad que el danés, pero así nos luce el pelo. La selección acaba los partidos desquiciada por las faltas del rival porque en España no estamos acostumbrados a jugar así. En cuanto nos meten un poquito la pierna, ya estamos pidiendo tarjetas en vez de sacar rápido para buscar la jugada o, ya que estamos, repartir algo de leña para amedrentar.
Nos falta mala leche, entre otras cosas. Las lesiones que han sufrido las grandes estrellas esta temporada han sido por acciones fortuitas (salvo la entrada de Perea a Ronaldo en el derbi de Madrid). No digo que ahora todo el mundo vaya a repetir lo de Javi Navarro con Arango, pero sí creo que el fútbol español es a veces demasiado correcto. Ya me estoy imaginando a Gravesen contando los días para que el Madrid juegue contra el Arsenal en Highbury y poder sentirse como en casa.
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sergio -