Nadie me siguió
Está más gordo y ha exagerado su melena rizada. Dice que es feliz a pesar de que no puede pasear por el centro de Madrid sin tener que llevar gorila. Al final, coge el camino fácil, el del taxi y se larga. Yo ya me he quedado con la imagen mientras otros se las ingenian para ser atropellados por El Gran Andrés montado en su coche de compromiso. Mi fan número uno y yo vamos al metro, pero, sorprendentemente, nadie nos sigue.
He estado de compras disqueras: Essence, de Lucinda Williams; Other Songs, de Ron Sexsmith; I See a Darkness, de Bonnie Prince Billy. De la primera ya os he hablado en otro momento. Es toda una señora de gorro y botas de vaquera, con aliento de Bourbon y ojos de ángel borracho. De Ron Sexsmith había escuchado Blue Boy y, sinceramente, no sé cómo ha podido pasar tanto tiempo sin que haya probado otra cosa suya. De Bonnie Prince Billy sólo había escuchado un disco que me dejó la estrella del porno sueco. El miércoles puso una canción de éste en el hotel de la leche neutra y me gustó tanto que voy a darle una oportunidad al disco entero.
Ya os contaré cómo me lo hago con ellos. Que os vaya bien a todos con todo. Y ya nos vemos pronto.
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jens -
Anónimo -