Año I
Aunque mi blog se niegue a reconocerlo, ya ha cumplido un año. Está molesto por cumplir años y yo le digo que a nadie le gusta cumplir años. Él me replica diciendo que miento, que a mí sí que me gusta. Dice que es el que mejor me conoce y entonces yo me río de eso. "No estoy tan loco como para contarte todo lo que hago en mi vida. A ver, listo, ¿qué estoy escuchando ahora?". Se calla. "Ves, no tienes ni puta idea ni siquiera de qué estoy escuchando ahora. Ni siquiera sabes si estoy vestido, en pijama o en tutú". Creo que se está empezando a mosquear. "Mira, gilipollas. Por la cantidad de soplapolleces que has escrito aquí puedo decirte que eres un sonao de la vida, un puto depresivo, un flipao y que tienes muy mal gusto para todo. Te crees muy alternativo y no eres más que un tipo corto de miras." Me está empezando a tocar los huevos. "Bueno, no te pases, cretino. Sólo te digo que me tienes que estar muy agradecido de que existas. Si no fuera por mí, ¿qué sería de ti? ¿Existirías? No, no existirías. Seguro que tus bytes que he ocupado yo en el servidor de Blogia los hubiera cogido otro tío tan capullo o más que yo, así que dame gracias de que no me dedico a contar intimidades o desviaciones sexuales como las que tiene la gente por ahí". "Vale tío, vale, tienes razón. Joder, no sé qué me pasa, no me gusta cumplir años". "Te entiendo y creo que sé explicártelo. Cuando empecé contigo estaba muy cabreado con el mundo". "Aparte de deprimido, ¿verdad?". "Sí, claro, también estaba deprimido, pero déjame que te cuente. Yo lo que creo es que estás cabreado porque yo estaba así en ese momento". "Oh, Einstein, ¿has llegado a esa conclusión tú solito?". "Pues sí, pedazo de gilipollas". Qué insoportable se pone. Es como un niño insolente. A veces no le aguanto, me gustaría mandarle a la mierda y que se jodiera, aunque no debería ser tan duro con él.
Ahora hay un rato de silencio entre los dos. El ambiente es tenso. Me mira desde el monitor y yo hago como si no le hiciera caso cuando lo que estoy haciendo es pensar sus próximas palabras. Se ha dado cuenta de que se ha pasado conmigo. "Ey, tío, lo siento. Ahora ya no estás deprimido, ¿verdad?". "No, claro que no". Y nos volvemos a reconciliar. "Creo que ya es suficiente por hoy, ¿no crees?". "Sí, Pedro, descansa. Mañana será otro día. Hasta la próxima". "Hasta la próxima blog. Espero que sea pronto".
Ahora hay un rato de silencio entre los dos. El ambiente es tenso. Me mira desde el monitor y yo hago como si no le hiciera caso cuando lo que estoy haciendo es pensar sus próximas palabras. Se ha dado cuenta de que se ha pasado conmigo. "Ey, tío, lo siento. Ahora ya no estás deprimido, ¿verdad?". "No, claro que no". Y nos volvemos a reconciliar. "Creo que ya es suficiente por hoy, ¿no crees?". "Sí, Pedro, descansa. Mañana será otro día. Hasta la próxima". "Hasta la próxima blog. Espero que sea pronto".
4 comentarios
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Shere -
Sara -
Muchos besos: muuuaaaac
Rocío-Carolina -