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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Otro humano de hoguera

Otro humano de hoguera

  "El cursor de Word pare letras a medida que lo empujan hacia el final de la línea las teclas que pulsan mis dedos". Es lo más real que he podido escribir nunca. Me estaba esperando la página en blanco de Word y he pensado que tenía que escribir algo, sólo por recuperar la costumbre, antes de atacar la pizza de chorizo que compré esta tarde en un Caprabo. Abro la enésima lata de Coca Cola y le pego un mordisco a un trozo.

Está crujiente y tiene un sabor fuerte. Ahora tengo los dedos grasientos, pero da igual, éste teclado no lo va a tocar nadie hasta que vuelva yo mañana, como el del artículo de Larra.

Antes, enfrente de la máquina, el guardia de seguridad de todo el edificio me ha explicado por qué prefiere las empanadas frías a los sándwiches. Yo también las prefiero, aunque siempre las meto un poco en el microondas. Salen tan frías del expendedor que me hacen sentir todavía más su inhumana artificialidad. Pero me las como igual y gano kilos sentado delante de tres pantallas. Gano eso, y un sueldo suficiente para discos y etanol, el combustible biodegradable que me atonta algunas noches.

Tengo que confesar por qué estoy así hoy: he estado leyendo cosas de Carlos Boyero. Me sonaba su nombre, pero no había leído nada de él. He estado ojeando algunos de sus encuentros en elmundo.es y es posible que no sea tan ganso como me ha parecido. Odia las mismas cosas que odio de la gente que odio, pero también comparte algunas filias con aquellos que merecen arder en el infierno. Estoy convencido de que le gustaría mi sección, en la que todavía hay sitio para más humanos de hoguera. Cual Pocero, me gustaría construir más celdas, escribir más artículos, aunque ahora que lo pienso, Boyero debe estar ahí.

Un saludo desde el trabajo.

1 comentario

Sergio -

Boyero tiene la gran suerte de poder hablar de sus vicios, gustos y fobia, que le paguen por ello y seguir alimentando la bestia conmás vicios, gustos y fobias. Me parece una lectura obligada para todos los que amamos el cine. Y una referencia. Yo me suelo fiar de él, ya lo sabes. Un abrazo.