Politizar el folleteo
Si eres hombre y follas macho, los únicos que van a cuidar de ti desde arriba serán los de siempre. Lo mismo pasa si eres mujer y follas hembra. O si eres de los que viven entre Atlanta y Detroit, o si te cambiaste de una ciudad a otra. Además, si hoy no sales a la calle a decirlo, estás marcado: no eres de los suyos. Falso. De ti sólo vas a cuidar tú.
Esta cabalgata es un alegato a favor de la vanidad, no una reunión reivindicación verdadera de nada. Mientras esto pasa, mientras se canta a la libertad sexual, hay avisos de bomba, atentados terroristas, matanzas y amenazas. Y pasa como siempre: unos disfrutan de la fiesta mientras el vecino aguanta en silencio el sufrimiento de no poder dormir.
Que cada uno se folle a quien quiera... o pueda. Pero ojo, si sales a la calle para gritar como una posesa que quieres follar hombres, te van a pasar dos cosas: te tomarán por loca y, por supuesto, ello hará que no cates carne. Si tan normal es que salgan los homosexuales a gritar, tan normal ha de ser que los heterosexuales lo hagan. Lo bonito es que cada uno susurre sus ganas de meter a la oreja de quien quiera acompañarlo.
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