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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Ni cuatro, ni diez, ni cien mil

Ni cuatro, ni diez, ni cien mil

Eto’o hizo muy bien anoche. El Zaragoza estaba jugando mucho mejor que el Barcelona, que no daba una de medio campo para arriba. Entonces al camerunés se le ocurrió parar el partido. Con toda la razón del mundo, por cierto. Cuatro gilipollas no pueden seguir profiriendo gritos racistas en los campos de fútbol. Ni cuatro, ni diez, ni cien mil. Sobre todo cuando en su equipo también juegan jugadores de color. Eto’o, viendo que no le salía de las narices jugar más, decidió desfilar hacia el vestuario. El árbitro tuvo que parar el partido y ahí se montó toda la historia. Entre Ronaldinho y Rijkaard acabaron convenciédole de que volviera a jugar. Ahí se acabó el Zaragoza. El primer gol llega de penalti, precedido por un error de marcaje -falta de concentración- a Sylvinho. El Zaragoza se quedó con diez y fin de la historia. El segundo, de Larsson a pase de Eto’o. Impecable. Que haya gente que vaya a seguir gritando y haciendo el ruido del mono cuando un negro toque el balón es algo que va a costar mucho erradicar. El racismo está muy metido en el fútbol actual. Hasta Eto’o hace comentarios racistas, que cuando llegó al Barcelona dijo eso de "correr como un negro para ganar como un blanco". De todas formas, el Barcelona sigue líder. Ahora son nueve puntos con el Valencia y diez con el Madrid, aunque estos tienen que jugar esta tarde y, en principio, no lo tienen muy difícil (Getafe y Mallorca). Ayer el Atlético le dio un repaso al Málaga, un equipo que echa un sospechoso tufillo a Segunda División. Vaya golazo el primero de Valera.

 

1 comentario

La niña -

Menos mal que, en principio, no lo tenían muy difícil porque sino... Vaya rachita que lleváis!!!
:P