Feliz año nuevo
Por fin se ha acabado el año del Quijote. Qué pesadez. Hasta el la sopa el barbitas. ¿Ha servido de algo? Espero que a alguien sí. A mí no. No me lo he leído, aunque espero hacerlo algún día, cuando se me olvide la saturación caballeresca de 2005. Cualquier excusa era buena para hablar del libro, aunque no viniera nada a cuento. Y eso que no hablamos de un libro como El código Da Vinci. El Quijote es largo y no es fácil. Es como si ahora, de repente, el número 1 de los 40 Principales fuera Desolation Row o cualquiera de las canciones largas de Dylan, y estuvieran pinchándola todo el rato en la radio y en las discotecas. Me he sentido raro hoy (también por la resaca y el sueño) cuando me he levantado y no he oído la palabra Quijote en ningún sitio. Menos mal que hemos cambiado de año. A ver qué tal el 2006. Yo espero que nos vaya lo mejor posible a todos. Voy a irme a la cama. Estoy bastante cansado y mi estómago ha decidido que hoy sólo va a fabricar caca. Llevo con Morgan Freeman asomando la cabeza desde que me he levantado. Un abrazo
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