¿Dónde tengo la cabeza?
Hoy os voy a contar un episodio un tanto ridículo. Tenía hoy clase de Historia del Arte, asignatura de libre configuración, de 12.30 a 14.00 en la 3ª planta de mi facultad. No sabía en qué aula era. Hoy iba solo, pero me matriculé con mi amiga Laura para no ir cada uno a nuestra bola separados. Ella hoy no ha venido. El caso es que he preguntado en un par de grupillos que si alguien sabía dónde era la clase de Historia del Arte y un chico me ha dicho: "sí, me parece que es ahí". Efectivamente. Entro. La clase llena de hembras sanas con buenos cuartos traseros en edad de procrear. Me siento solo en la última fila y empiezo a coger apuntes a velocidad de grabadora. La profesora es una tía maja y la asignatura tiene pinta de estar bien. De repente, como el que no quiere la cosa, la profesora, que ni idea de cómo se llamaba, empieza a recoger a las 13.30 y la gente empieza a imitarla. Le pregunto a las de delante: "Perdonad, ¿no terminaba esta clase a las 14.00?". Una nativa del mismísimo cañón del Colorado me responde: "No, este es el turno que acaba a las 13.30. ¿No serás tú del turno de lunes y miércoles de 12.30 a 14.00?". "Sí". "Ah, es que esos están en el aula 3.2".
Vamos, que he copiado apuntes como un desgraciado y he fichado tías en una clase y turno que no eran los míos. En fin. Toda una aventura del Doctor Gonzo.
Vamos, que he copiado apuntes como un desgraciado y he fichado tías en una clase y turno que no eran los míos. En fin. Toda una aventura del Doctor Gonzo.
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