Me la pela el cambio climático
Me la suda y me cuesta mucho creerlo. Es otra chufa para tener amedrentado al personal, como cuando se creían que los reyes los elegía Dios y que por eso había que hacerlos caso. Al Gore es un iluminado y un caradura, un sacacuartos, uno de esos telepredicadores que quiere que te sientas culpable por los pecados que él crea para ti. El Live Earth fue una pantomima. Músicos de tres al cuarto en mega escenarios, con el volumen a todo trapo y equipos que “contaminan”. Las cumbres del clima, una chufa. Van en aviones, jets privados, cogen taxis o alquilan limusinas. ¡Están contaminando!
Por eso me la pela. Suele pasar que quien más abre la boca, más se equivoca. No quiero concederle mucha credibilidad a lo que dicen que “contamina” la mansión de Al Gore o lo que hablan de su mina de cinc, pero ya es jodido que el tío cobre lo que cobra por repetir el mismo rollo siempre en todos sitios. ¿Nobel de la Paz? Los Nobel son una chusta. Casi se lo dan a Stalin. Tolstoi y Proust no lo ganaron. Tampoco lo tiene Graham Greene y dicen que se lo van a dar a ¡Bob Dylan! -sí, ése que estudian los de Filología durante los cinco años de carrera-. Además, ¿qué tienen que ver los cojones con comer trigo? ¿Paz? ¿Cambio climático? Es como si dieran a Jordan el FIFA World Player. Y seguro que éste, tirando faltas, engañaba a más gente que Al Gore.
**He puesto la televisión mientras cenaba y estaban hablando del cambio climático en un programa. Siempre la misma historia. Ahora ya no hay vacas locas. O gripe aviar. ¿Qué va a ser dentro de unos años? ¿Con qué nos van a intentar engañar? ¿Otra vez la monarquía divina?**