Cuestión personal
Estoy de exámenes. Esta mañana colgué el post anterior y luego abrí los apuntes, pero no he estudiado ni una sola línea. Me he pasado dos horas -sí, no me ha dado para más la mañana- corrigiendo faltas de ortografía de los apuntes del profesor qaleda -trataré de no nombrarlo, por eso de que Lobatón trabaja para Google-, un tío con muy poca vergüenza. Si al menos fuera tonto -cualidad, sin embargo, que poco a poco lo define mejor-, entendería que los folios que nos ha pasado fueran violentas patadas al diccionario. Pinchazos por la espalda a la corrección ortográfica y atentados contra la redacción lógica de un texto. Uno tras otro. Incontables e incomprensibles.
Pero no hay que responsabilizarle de todo a él. A fin de cuentas, no tiene la culpa de que los trabajos que le entregaron otros años estén llenos de errores. No puede revisar lo que un erasmus francés ha escrito en castellano sobre Le Monde. Ni siquiera ha podido borrar el nombre del alumno que lo hizo. ¿Para qué? Le pagan bien y, además, ganó un pleito a la uni -permitídmelo- porque consideraron que lo despidieron por motivos ideológicos. Ahora llaman así a la incompetencia. El segundo periódico de España, cuando informó de esto, decía que era uno de los profesores más prestigiosos del centro. Gran ejemplo de manipulación informativa, cuando no otra mentira denunciable.
Ahora, los que no estéis de acuerdo conmigo o los que no os traguéis lo que cuento, tenéis la oportunidad de poneros de lado de este pobre. Suspendí el primer parcial. Fui a la revisión, donde se regalaron los aprobados. "¿Quieres entonces un cinco? Bueno... te lo pongo". Así de claro. Esa fue su oferta a otros a los que había puesto la misma nota que a mí -curiosamente, todos los que nos fuimos al hoyo tuvimos la misma calificación-.
No sé si fue un arrebato de insólita honradez o de estupidez supina, pero no quise el aprobado. Así pues, tengo que hacerle un trabajo, como otros muchos alumnos que en años anteriores suspendieron en invierno. Se me ocurren varias cosas para ajustar cuentas: desde hacer fotocopias de sus apuntes y dejarlos en la puerta de todos los despachos y del rector, a hacerle un examen que roce la perfección -bueno, en la medida de mis posibilidades-.
Trepas hay en todos sitios. Él mismo nos lo repite. Creo que en el fondo no soy tan distinto de él. Los dos vemos la mota en el ojo ajeno y no notamos la que llevamos a cuestas.
4 comentarios
chimeneaverde -
Frank Einstein -
En cuanto a lo que expones... no creo que estés a su nivel.
torpin -
Soni In The Sky -
Suerte en tu examen/trabajo y pasa de los profesores-trepa. Hay de todo en todos sitios. Tú aprueba y que le den.
Saludos!