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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Plantígrado

Plantígrado   S.O.L.E. me acaba de llamar plantígrado. Siempre me dice que debo andar con más cuidado, que hago mucho ruido al pisar el parqué y que despierto a todo el mundo: a mi padre, a mis hermanas, a los de abajo, a los del ambulatorio de enfrente... Pero cuanto más cuidado pongo, más dice que molesto. Yo le he dicho que ella no es precisamente un cisne en el estanque cuando anda por casa y me ha llamado eso: plantígrado.

  Es mi último mote, y puedo asegurar que es el más original y espontáneo que me han podido poner. Todavía me estoy recuperando del golpe. Ni a mí se me hubiera ocurrido. Qué genialidad. Es sublime, pero no puedo reír ese ingenio, ha sido una respuesta tan rápida a mi órdago -S.O.L.E. dejó hace muchos años de ser algo similar a un cisne- que todavía me estoy recuperando.

plantígrado, da.

(Del lat. planta, planta del pie, y ‒́grado).

1. adj. Zool. Se dice de los cuadrúpedos que al andar apoyan en el suelo toda la planta de los pies y las manos; p. ej., el oso, el tejón. U. t. c. s.

Oso..., tejón... Creo recordar que hubo un tiempo en que en la sierra me llamaban jabalí. También era ingenioso el mote, aunque me terminaron llamando canuto, por eso de los porros. David me llama alguna vez Madona, por tener los dos paletos tremendamente separados. Este el defecto que primero salta a la vista cuando alguien me conoce. Incluso antes de soltar un taco o algo soez entre los dos dientes, ve el oscuro hueco. Noto cómo todos miran. Los dos ojos se concentran en el mismo punto, situado apenas cuatro centímetros debajo de la nariz. Algunos se quedan un poco bizcos de la fijación, pero no pasa nada. Se tolera.

Al S.O.L.E. también debo otro mote: cangrejo. Cuando empecé a salir, recuerdos que se pierden en la noche de los tiempos, me llamaba al teléfono para saber qué hacía. Los que no lo sepan, han de tener en cuenta la confidencia: lo sigue haciendo. Mis amigos llegaron a la conclusión de que me tenía más controlado que a un cangrejo en un cubo. Algunos gesticulaban, y gesticulan, mientras hablo con ella haciendo pinzas con las manos y andando hacia atrás.

Hay otro mote que perdura vaya a donde vaya, haga lo que haga, diga lo que diga: abuelo. Me parece que comenzó cuando jugaba al baloncesto. Los de mi equipo me lo empezaron a llamar porque me lesionaba mucho. En el colegio me lo decían por escuchar a Bob Dylan y los Beatles. En la universidad, por eso mismo y por ponerme chaquetas de lana -sí, de lana-. En el trabajo, porque siempre me estoy quejando del maldito aire acondicionado -me da en la puta cabeza el chorro- y por haberme pasado al gin-tonic.

**Venga, ahora os toca a vosotros. Dejad en los comentarios vuestros motes**

3 comentarios

David -

No me puedo creer que dos de tus motes o te los haya puesto yo o haya estado en el proceso de creación!! Qué gran cabrito que soy!! Pero el mote de S.O.L.E. los supera todos, plantigrado...

Anónimo -

esa pata que has puesto es la tuya? se da un aire, jejeje. Yo diría alguno más para completar tu confesión pero mejor me lo callo. Muy bueno lo de plantígrado. Consuélate, los tejones y los osos son bonitos por muy fuerte que anden...

Sonip -

A mí tb me llaman abuela por quejarme de mil cosas, por empezar a decir en una despedida de soltera que me duele la garganta y que no voy a beber cuando al final lo acabo haciendo igual y podría haberme callado y pasado sin quedar como una abuela...
Y cuando era pequeña mi hermano me puso un mote que aún perdura: "lambert", que es borrego u oveja en inglés. En el cole tb me llamaban borreguito Norit por los rizos y después coliflor por otro corte de pelo un tanto desafortunado. Ah, y Snoopy, porque las primeras gafas que tuve eran del jodido perro ése. Jajaja. ¡Pero creo que "plantígrado" es infinitamente mejor eh!