Ojalá fuera negro (o dipsómano).
Digo esto porque me estoy bajando algunas canciones de Blind Willie McTell y Robert Johnson, que eran unos negritos que tocaban blues en América a mediados del siglo pasado. Las grabaciones son cutres, muy cutres (réstale a la calidad de un vinilo antiguo la compresión MP3). Y es que el MP3 me parece una cutrada. Vale, en líneas generales no se nota, pero cuando eres un devordador de canciones de tres minutos y medio como yo, y te bajas las mismas canciones que tienes en discos originales, sí se nota la diferencia con respecto al cd original: los sonidos graves terminan petardeando, algunas guitarras suenan con efectos muy extraños... Me llamaréis pijo, lo sé. Pero no me importa.
Todo esto no significa que la música en MP3 no se pueda disfrutar igual que un disco normal. Yo lo hago. Las canciones sueltas que me he bajado de internet me han hecho descubrir un montón de grupos y encontrar cosas raras que no se suelen encontrar en tiendas. Por ejemplo, en ninguna tienda he visto la canción original de la película El tercer hombre. Busqué en el Emule y en 10 minutos ya la tenía bajada en el ordenador. Esto último de El tercer hombre viene porque esta semana, queridos amigos universitarios, la revista Calibán (cuyo papel de los números anteriores y posteriores a este puede ser perfectamente empleado para limpiarse el agujero del culo) es un monográfico acerca de Graham Greene y es muy interesante para todos los que os queráis acercar a este enorme dipsómano además de escritor.
Así que, hoy hay varias recomendaciones: la primera, escuchar blues; La segunda, comprarse algún disco original; y, por último, ver El tercer hombre y leerse Brighton Rock (o Brighton. Parque de atracciones para las ediciones antiguas).
Todo esto no significa que la música en MP3 no se pueda disfrutar igual que un disco normal. Yo lo hago. Las canciones sueltas que me he bajado de internet me han hecho descubrir un montón de grupos y encontrar cosas raras que no se suelen encontrar en tiendas. Por ejemplo, en ninguna tienda he visto la canción original de la película El tercer hombre. Busqué en el Emule y en 10 minutos ya la tenía bajada en el ordenador. Esto último de El tercer hombre viene porque esta semana, queridos amigos universitarios, la revista Calibán (cuyo papel de los números anteriores y posteriores a este puede ser perfectamente empleado para limpiarse el agujero del culo) es un monográfico acerca de Graham Greene y es muy interesante para todos los que os queráis acercar a este enorme dipsómano además de escritor.
Así que, hoy hay varias recomendaciones: la primera, escuchar blues; La segunda, comprarse algún disco original; y, por último, ver El tercer hombre y leerse Brighton Rock (o Brighton. Parque de atracciones para las ediciones antiguas).
3 comentarios
david -
Petazeta -
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