Gritos en el pasillo y pedos en la cama
Este viernes es el día del orgullo friki. Tranquilos, este año no saldré con la escopeta. Hay una buena razón para que os deje sentir orgullosos. Sé que muchos iréis al estreno de Gritos en el pasillo en los cines Verdi -Metro: Canal; calle Bravo Murillo... Es decir, salís del metro, seguís recto y os comen-. ¿Que no sabéis qué es Gritos en el pasillo? Maldita sea... A ver cómo lo explico a unas mentes tan simples... Por lo que se ve, es una banda sonora original cojonuda que se escucha mientras hay una película sobre unos cacahuetes -personajes hechos con maníes, sí, no es un delirio- que hacen de cacahuete en un manicomio. Uno de ellos es contratado por el director del sanatorio para decorar las paredes, pero resulta que encuentra un pasillo -el del título- secreto desde donde llegan unos gritos... -los del título-.
Si tomáis de vez en cuando mis sugerencias en serio, deberías ver Gritos en el pasillo. Nada de bajarse la película de Internet o ir con la cámara al cine para grabarla y tostarla en la mula. Cine. Butaca. Palomitas. Tanque de Coca Cola. Chica/o al lado para meter mano. Grupete de colegas. Todos juntos, en solitario, con pareja, solos: hay que ir al cine a ver Gritos en el pasillo. A partir de este viernes, en los cines Verdi.
**Lo de los pedos en la cama no sé a qué viene, pero ¿a qué son una gozada? ¿Verdad que sí?**
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Andrés -