Miedo y asco en Las Vegas.
"El maletero del coche parecía un laboratorio móvil de la sección de narcóticos de la policía. Teníamos dos bolsas de hierba, setencia y cinco pastillas de mescalina, cinco hojas de ácido de gran potencia, un salero medio lleno de cocaína, y toda una galaxia de pastillas para subier, para bajar, para chillar, para reír... y, además, un cuarto de tequila, un cuarto de ron, una caja de cervezas, una pinta de éter puro y dos docenas de amyls".
Dirigida por Terry Gilliam (de los Monty Pyton), esta película es una creación lisérgica en la que un periodista y su abogado (Johnny Depp y Benicio del Toro) van a hacer un reportaje a Las Vegas sobre una carrera de motos en el desierto de Nevada. A bordo de un descapotable rojo y con la nariz taponada por la cocaína recorren el desierto a toda velocidad en dirección a Las Vegas. Allí destrozarán habitaciones de lujosos hoteles, dejarán sin pagar cuentas astronómicas y reventarán coches caros en un sinfín de aventuras al borde de la ley a lomos del caballo blanco.
Hunter S. Thompson, autor de la novela homónima de 1971, quiso dar constancia del fin del sueño americano. Los Estados Unidos estaban metidos en una guerra que estaban perdiendo (Vietnam) y el caso Watergate estaba a punto de fulminar a su presidente, Richard Nixon. La juventud andaba colgada de un lugar a otro del país y los mayores eran en su mayoría veteranos de la Segunda Guerra Mundial, que venían a estar igual de zumbados que sus hijos y nietos. Ante esta sociedad que parecía perderse, Thompson escribe una novela desquiciada pero que refleja muy bien los tiempos que le tocó vivir: los locos desorientados y los viejos carcas que se dejan la vida en hacer que los demás vivan como ellos (para recordar la escena de la convención sobre drogas).
Volviendo a la película, hay que destacar a Johnny Depp en uno de sus mejores papepeles, a un Benicio del Toro irreconocible, y los cameos de Christina Ricci y Tobey McGuire.
Dirigida por Terry Gilliam (de los Monty Pyton), esta película es una creación lisérgica en la que un periodista y su abogado (Johnny Depp y Benicio del Toro) van a hacer un reportaje a Las Vegas sobre una carrera de motos en el desierto de Nevada. A bordo de un descapotable rojo y con la nariz taponada por la cocaína recorren el desierto a toda velocidad en dirección a Las Vegas. Allí destrozarán habitaciones de lujosos hoteles, dejarán sin pagar cuentas astronómicas y reventarán coches caros en un sinfín de aventuras al borde de la ley a lomos del caballo blanco.
Hunter S. Thompson, autor de la novela homónima de 1971, quiso dar constancia del fin del sueño americano. Los Estados Unidos estaban metidos en una guerra que estaban perdiendo (Vietnam) y el caso Watergate estaba a punto de fulminar a su presidente, Richard Nixon. La juventud andaba colgada de un lugar a otro del país y los mayores eran en su mayoría veteranos de la Segunda Guerra Mundial, que venían a estar igual de zumbados que sus hijos y nietos. Ante esta sociedad que parecía perderse, Thompson escribe una novela desquiciada pero que refleja muy bien los tiempos que le tocó vivir: los locos desorientados y los viejos carcas que se dejan la vida en hacer que los demás vivan como ellos (para recordar la escena de la convención sobre drogas).
Volviendo a la película, hay que destacar a Johnny Depp en uno de sus mejores papepeles, a un Benicio del Toro irreconocible, y los cameos de Christina Ricci y Tobey McGuire.
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