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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Sin título

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Decía un profesor mío, citando a alguien, que para escribir una página había que haber leído mil antes. A mí me hubiera encantado ser escritor, pero cada vez lo veo más lejos. Es muy difícil. No soy el primero que se ha echado para atrás cuando ha visto que la cuesta se empinaba cada vez más hasta que acabamos deslizándonos al punto de partida y olvidando que intentamos subir.

Esa frase es totalmente acertada para la literatura y para la música también. No sé hasta qué punto un pintor necesita estudiar las técnicas de otros sin llegar a viciarse y perder el lugar propio de la aportación personal original. Con el cine pasa algo distinto, y es que el resultado final depende de muchos factores que no siempre están en relación con la creatividad. En el resto no me voy a meter.

Con la música ocurre algo muy parecido a lo de la literatura. Hay que escuchar música, pero no sólo la cantidad es importante. El compositor tiene que discernir lo bueno de lo malo, y saber caminar entre el virtuosismo y la imitación sin caer en ninguna de las dos. Como en el cine, también influyen muchas cosas, aunque sí más relacionadas con el proceso creativo en sí: el instrumento, la idea que uno tiene en la cabeza, la simplicidad, si está acompañado de una letra...

Yo no he compuesto una buena canción en la vida. Todo lo que escribí no fue más lejos que del cajón en el que sigue y la inquietud se perdió en medio de la bruma que todavía no he conseguido disipar. Prefiero seguir escuchando a otros y mantenerme a la espera de que algo vuelva a despertar el ansia. Y quizás este sea mi error.

**Originalmente, este artículo era mucho más largo y más elaborado. En el momento de darle a publicar, se perdió la conexión y lo que había escrito. Esto me pasa por haberlo hecho directamente sobre la caja de Blogia. Estoy cabreado. Y mucho. Es una tontería, pero creo que por una vez en un puto siglo había conseguido pensar en algo que no fueran tetas y culos, me pongo a escribirlo y se pierde en el camino que recorren las ondas entre el salón de mi casa y la habitación. Debería pasarle la lengua al pasillo, a ver si así recupero alguna idea y me encuentro alguna nueva. Lo más grave que me puede pasar es que me trague una mota de polvo, un mechón de pelo o que me salgan sarpullidos**

3 comentarios

Anónimo -

A mí me ha gustado mucho lo que has escrito que tienes por aquí. Y me encantaría oírte tocar algo tuyo. Estoy segura de que lo haces bien. Crea, aunque sea sólo para desahogarte y satisfacer a tus "fans"... Besitos.

Patch -

Tío, escribe. Que sea malo. Que sea soso. Que sea imitación. Pero escribe. En eso consiste, sólo en práctica. Ya saldrán cosas mejores, de verdad (bueno, no es que yo sea ejemplo, pero lo creo sinceramente).

Sé que escribes cosas chulas (cuando no piensas en tetas y culos) y que algún día tendrás tu propio negro que escriba por ti. Acuérdate de mí ese día.

Sergio -

No creo que nadie sea capaz de escribir, sea una canción una novela o un guión, sin tener referencias. Imitadores somos todos, creo yo... el tema es saber qué imitar, si a Borges o a Tomás Roncero. A Dylan o a Melendi. A Coppola o a Albacete y Menkes... Y he ahí un nuevo debate: ¿merece la crítica un creador? Un abrazo.