El tercer gran placer
Ayer hice uno de los exámenes más largos y pesados que yo recuerde ahora mismo. Después de entregar la hoja tuve que lberar todavía más estrés. No me la zurré, tranquilos, sólo me fui a comprar discos. Esa opción hubiera sido más barata, pero me apetecía más lo segundo.
El otro día hablé de que escuchar música en casa sin que nadie te ponga pegas era, junto cagar en el mar, uno de los grandes placeres de la vida. Hay un tercer gran placer, todavía superior a estos: descubrir canciones nuevas. Ponerte un disco y escuchar un tema que te engancha desde el principio y sabes que es genial, que ya estabas muy harto de lo que llevas unos meses escuchando y que esa canción aparece en el momento exacto para abrir una puerta más. Supongo que muchos estaréis de acuerdo conmigo -espero...-.
Todavía es mejor cuando te ocurre con un disco antiguo, que te parece que va a sonar rancio o que no te va a soprender, o simplemente que ya habías escuchado esas canciones durante siglos, pero de repente te vuelve a sonar a gloria. Es como si volvieras a los sesenta y fueras alguien que escucha por primera vez Mr. Tambourine Man cantada por The Byrds. Casi todo el mundo ha escuchado a Roger McGuinn tocar la guitarra de doce cuerdas y las armonías del grupo. Ayer me volví a quedar sorprendido. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de estos tíos. Luego fue un no parar: Turn! Turn! Turn!, My Back Pages, So You Want To Be A Rock'n Roll Star... ¡Y eso que no me dio por ponerme su parte country!
4 comentarios
Merce -
Frank Einstein -
Los Birds son de los grupos más deliciosos de la historia.
Anonimísimo -
¿Y cómo te limpias?...
Sergio -