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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Festivales de verano, cogeros de la mano

Festivales de verano, cogeros de la mano

Vaya por delante que no he ido nunca a un festival de música. Miento, fui a uno hace unos cuantos años, pero nada de dormir en tienda de campaña y ponerme de farmacopea desde por la mañana para arrastrarme hasta que el cuerpo volviera a desfallecer. Pasé dos noches en una pensión gallega y me desayuné una botella de albariño mojado en navajas con los amigos. Uh, qué macho.

Tengan ustedes presente también que es tarde. Rozan las cuatro y media de la madrugada, todavía no he pegado ojo y estoy oyendo ruidos en el pasillo, así que no me tengan en cuenta, queridos, que las dos siguientes recomendaciones les parezcan una soberana gilipollez.

Comienzo proponiendo la lectura del artículo enlazado en estas mismas palabras y su posterior comentario en este, mi blog, vuestra casa, aunque algún pichafloja me llame lo que me llama. Lo último que os invito a hacer es leer este periódico con frecuencia. Para ello, borrad el galimatías hachetemelístico que hay después de .es/. No saco ningún beneficio por darles publicidad, pero merece detenerse en él al menos una vez al día. Como el cagar.

Les dejo con una actuación festivalera. Buenas noches.

 



En estas horas dando vueltas en la cama me ha dado tiempo a escuchar dos cosas interesantes: OH (Ohio), de Lambchop, y Ships, de Danielson. No les pierdan el paso.
 

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