Ayer quemé mi casa

Como el que no quiere la cosa, dejamos la tranquila partida de billar que estábamos echando y fuimos hacia la Castellana a ver si veíamos algo y sacábamos unas fotos del evento. Lo que vimos era dantesco. El ruido de los escombros incandescentes encogía el corazón. Yo me quedo flipando con el fuego. Creo que a todo el mundo le pasa. ¿Quién no ha jugado nunca con un mechero o ha quemado algún papel y se ha quedado fijamente mirándolo mientras se consumía? El fuego quema, reduce "rascacielos" a escombros y mata, pero todo el mundo lo contempla asombrado cuando en medio de la noche alguien prende algo.
El caso es que la experiencia fue irrepetible. A los que estuvimos (Shere, Sara, Víctor y Andrés) seguro que nos hubiera gustado estar más cerca que nadie, quedarnos justo debajo del edificio mirando fijamente con el cuello estirado hacia arriba cómo ardía y caían cosas a nuestro lado sin que nos tocasen. Pero es una pena que los policías se pongan tan bordes a veces y que los trozos de edificio pesen toneladas y toneladas. En fin, que lo bueno de estas cosas que pasan es que siempre te acuerdas de ellas y de con quien estuviste, así que para vuestra desgracia, me acordaré de vosotros durante bastante tiempo.
2 comentarios
Shere -
Rocío -
2. Yo me perdí el espectáculo, pero no me importa, en esos momentos estaba en un bar de Lisboa con una gente increíble... Pero debió de ser la leche!!