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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Pequeños placeres de la vida que uno se concede cuando ya ha acabado los exámenes y quiere olvidarse de todo

Pequeños placeres de la vida que uno se concede cuando ya ha acabado los exámenes y quiere olvidarse de todo

Pequeño placer número uno

Cerveza. Una lata fría de Amstel, la mejor si bebes directamente del bote. Acompañar de algo para picar: cortezas grasientas, embutido, patatas o, por qué no, unas salchichas frías recién sacadas de la nevera.

Pequeño placer número dos

Música, por supuesto. Ahora mismo, indico pequeños senderos que habrá que caminar: el nuevo disco de Wilco no está tan mal como lo han pintado; Tulsa, de lo mejor que he escuchado últimamente en castellano; Remate parece americano, pero no lo es; sin duda, las canciones suaves de Neil Young superan a las más duras. 

Pequeño placer número tres

Leer. Sólo de esta manera uno se encuentra cosas como ésta:

Un día en que había olvidado mis municiones, me encontré inopinadamente en presencia de un ciervo de gran alzada. Me miró con indiferencia, como si hubiera adivinado que mis sacos de perdigones estaban vacíos. Inmediatamente cargué mi fusil con pólvora y, a falta de plomo, comí apresuradamente un puñado de cerezas y puse los huesos dentro del cañón. Hice fuego sobre el ciervo y le acerté justo en medio de la frente, entre los cuernos. Quedó aturdido y se tambaleó, pero logró huir. Uno o dos años después, durante una partida de caza en el mismo bosque, me encontré con un hermoso ciervo que lucía entre su cornamenta un soberbio cerezo de diez pies de altura. Me acordé inmediatamente de mi pasada aventura y le abatí en tierra de un solo tiro de fusil, proporcionándome a la vez la comida y el postre, porque el árbol estaba cargad de los frutos más deliciosos que he probado en mi vida.

Pequeño placer número cuatro

Ver deporte por la televisión. Ahora que el Madrid juega mejor y que puede ganar la Liga, me entran ganas de escribir de nuevo sobre fútbol. Lo haré por supuesto.

Pequeño placer número cinco (instatisfecho)

Ir al Delover. Hace mucho que no lo piso

Pequeño placer número seis

Quedar con gente que está de exámenes y que, precisamente, no puede por tener que estudiar. Así que, mucha suerte a todos y ánimo.

3 comentarios

Jensito -

Que si, es un placer vistitar el delover y saludar el "Lover"..che, un birrita esta noche??

Sergio -

Yo soy más de Mahou, ya lo sabes, pero lo demás viene a ser un fin de semana cojonudo. Sin duda es mejor cuando lo puedes hacer DURANTE la semana.

Soni -

¡Qué envidia!