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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

In The Reins, Iron & Wine/Calexico

<i>In The Reins</i>, Iron & Wine/Calexico

Hay quien dice -lo juro- que los mejores discos son los cortos -no más de un equipo de fútbol de canciones- y que, generalmente, los discos largos -una convocatoria para un partido de Primera- suelen ser malos. No me decanto. Es cuestión simplemente de la actitud al escuchar los discos y la dosis de paciencia que le ponga cada uno. Reconozco que he podido escuchar Exile On Main Street del tirón muy pocas veces, pero sí lo he conseguido con Being There. No son malos discos, ni agotan la paciencia o piden a gritos un sitio cómodo en la estantería donde estar una larga temporada acumulando polvo.

También hay quien dice que los discos buenos tienen entre siete y ocho canciones buenas y el resto son "de relleno". Tampoco lo suscribo. Un disco bueno es un disco bueno y, aunque algunas canciones no estén a la altura de las que sustentan el conjunto, no desentonarán al escucharlo como una obra completa de x cortes. Y un disco bueno lo reconoces cuando, después de una primera buena canción, sientes que la segunda sigue coherentemente el sonido y/o el tema de la primera, y una tras otra se enlazan hasta que acaba sin que te hayas dado cuenta, lanzas un suspiro y parece que has vuelto de un gran viaje. Es como levantarte una mañana después de una gran noche de borrachera con los amigos, no padecer síndrome post intoxicación etílica y tener el mismo tipo de recuerdo fragmentado. Entonces, lo vuelves a escuchar una y otra vez.

Demos por cierto que los discos buenos tienen unas cuantas canciones-bulto. Entonces, aseguremos también que la Humanidad ha sido capaz de editar discos a los que les han quitado lo que no entra tan fácil. Y luego, vamos a intentar dar un ejemplo de un disco al que no le haya hecho falta quitar nada que algunos pudieran creer que sobra. Es decir, un EP o Mini LP -aunque algunos de estos siguen sin ser redondos pese a que tienen menos temas-.

Uno de estos es de los que voy a hablar: In The Reins, un miniproyecto -siete canciones- conjunto entre Iron & Wine y Calexico. Apenas media hora de disfrute reposado pero intenso. El músico nacido en Florida aporta su particular manera de cantar y la banda de Arizona sienta la base del que será el sonido de Garden Ruin, aunque no deja de lado las trompetas mariachis o las partes en castellano de algunas canciones -He Lays in the Reins-. La muerte, el sentimiento de estar perdidamente colado por alguien y el deseo marcan las letras -muy gráficas-, que transportan rápidamente a pueblos perdidos en la inmensidad de Estados Unidos -Red Dust, Sixteen Maybe Less o Burn That Broken Bed-. El susurro de Sam Beam se acerca a amores locos cuyo desquicio llevaría a prisión -Prison on Route 41-, pero alcanza su techo cuando se empasta en el conjunto de coros con John Convertino, Joey Burns y cía. -A History Of Lovers o Dead Man's Will, un experimiento gospel con guitarra acústica y voces que cantan desde la oscura profundidad de una tumba-. Y ya está. Siete canciones.

Es un disco variado, pero con una identidad inconfundible. No es ni Iron & Wine, ni es Calexico únicamente, pero ambos son identificables. Sin embargo, creo que es posible que satisfaga más a los puretas de los primeros que a los de los segundos -que no tienen razón alguna para salir defraudados-. Si no conoces a ninguno, esto funciona como un dos por uno: por la curiosidad de acercarte a uno, descubres dos.

**El disco más corto del que he hablado y el que más largo me ha quedado. Suerte y abrazos para todos**

3 comentarios

jens -

Che, ayer escribi aqui, y ahora no esta mi comentario..alguien tiene algo contra los extrañjeros?? Lo que puse era algo parecido: bien escrito, con alma y amor por la musica..

Sergio -

La verdad es que el disco está considerado por ellos mismos como un EP. Pero es un discazo.

merce -

Me gusta la portada. Dan ganas de escucharlo. Ya me lo dejarás... como otro que me tienes que grabar/prestar/alquilar... jejeje. besos!