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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

American Recordings V: A Hundred Highways, Johnny Cash (2/10)

<i>American Recordings V: A Hundred Highways</i>, Johnny Cash (2/10)

Consciente de que la mujer de negro le estaba esperando a la vuelta de la esquina para llevárselo, Johnny Cash tuvo que acelerar todo lo que pudo la grabación de American Recordings V: A Hundred Highways. Meses antes de su paso, su esposa, June Carter, hizo la última maleta. La sensación de estar ante sus postreras palabras -aunque sólo dos canciones sean suyas- oscurece el disco. John R. redime sus pecados con el hálito imperceptible de su voz, captado de nuevo por Rick Rubin, responsable de los American Recordings. Juntos pasaron los últimos meses, consolidando una relación que superaba lo meramente territorial. Cuenta el productor en las notas del libreto que tomó la Comunión por primera vez acompañando a Cash. Éste había visto que un hombre curó un cáncer con el sacramento diario... Pero a él no le funcionó.

Rick Rubin es un hombre raro. Muy raro. Prefiere tener la lengua quieta mientras deja a sus neuronas hacer el trabajo. Johnny Cash graba la voz -unas veces fuerte, otras casi apagándose- y toca la guitarra casi al unísono, mientras que después aparece la mano del que produjera a Beastie Boys para arroparlo todo con un suave aderezo -sólo guitarras y algún teclado-. El resultado es el testimonio de alguien que se despide con calma, sin tensiones, sin querer quitarse 40 años de un plumazo y morir con aspecto de tener 30.

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