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Los archivos lúcidos, aunque cada vez menos, que me hago mayor

Así llegaré lejos.

Así llegaré lejos. Gran día hoy. Por la mañana (bueno, a las 12.30, cuando me he despertado) me he tumbado en el sofá con mi maltrecho tobillo en alto y he estado jugando a la Play una horita. Me he hecho la comida y, como después de dar cuenta de unas lentejas y una chuleta de cerdo no sabía qué hacer, pues me he metido en la cama otra vez hasta las cuatro y media, me he duchado y he ido a la biblioteca a por cosillas (al final sólo me he sacado El hombre que fue jueves, de G.K. Chesterton). Mi vida "gonzo" ha seguido igual: sentado en el sillón, con un libro entre las manos, una cerveza, un bocadillo de sardinas y unos pistachitos de postre. Hay que cuidar el tobillo. Así llegaré lejos.
Mientras esto pasaba, el ordenador ha estado encendido todo el rato. Estoy descargando unas cosas a todo trapo. No sé si os pasará a vosotros, pero a mí hay algo de esto de bajarse archivos de internet que me jode como la novia que me gustaría que me lo hiciera, y es que te corten el grifo cuando te quedan tres jodidos megas de un archivo de 700. Pues hoy me ha vuelto a pasar. Qué le voy a hacer.
Antes de irme, os recuerdo al sector femenino de mi estimada, fiel y escasa audiencia bloguera que sigo estando en el mercado. Comunicádselo a vuestras compañeras y amigas casaderas. Ya sabéis, las amigas de mis amigos son mis posibles novias.

1 comentario

Patch -

Tío, Pedro, mantén la pose, no parezcas desesperado...